SEGURIDAD CIUDADANA EN NICARAGUA
UN MODELO A CONSIDERAR EN EL PERÚ
Por: Rudecindo Vega Carreazo – Embajador de Perú en Nicaragua
Nacido
en el distrito de Camporredondo,
Provincia de Luya,
el 28 de febrero
de 1963.
Hizo sus estudios primarios en el Centro Escolar No.131 de
Chachapoyas, y los secundarios en la Gran Unidad Escolar Nicolás de
Piérola. Ingresa en 1981 a la Pontificia Universidad Católica del
Perú
para
seguir estudios de Derecho, egresando en 1987 donde además laboro
durante 1994 y el 2003.
La
Policía Nacional de Nicaragua según la encuesta de diciembre del
2012 de M&R Consultores en los sondeos de opinión tiene
una aceptación de 74%,
superando a la Iglesia Católica y las Iglesias Evangélicas, en un
país altamente cristiano. Su Jefe Nacional, una mujer, la
Comisionada General Aminta Granera, luego de 5 años en el cargo
alcanza una aprobación que bordea el 90%. Comparado con el Perú
genera una sana envidia.
La
última encuesta de enero de este año, realizada por CID Gallup
precisa que para los nicaragüenses el principal problema del país
es la falta de empleo 40%, economía del país 23% uso y tráfico de
drogas 9% y el
crimen y violencia apenas llega al 1%. Sí,
es cierto, solo llega al 1%. En 1994, el crimen y violencia, era
percibido como principal problema del país por el 8%, el 2004 igual
por el 8%, el 2010 por el 9%, el 2011 y el 2012 por el 3% hasta
llegar al 1% actual. Si antes los porcentajes eran prudentes hoy son
casi inexistentes.
La
percepción respecto a si la delincuencia ha aumentado o disminuido
en los últimos 4 meses, según la misma encuesta de CID Gallup ha
bajado de manera consistente, a mediados del 2008 era 65%, del 2010
era 63%, del 2012 era 55% y actualmente es de 48%. Por otro lado, los
ciudadanos que reportan que alguien en su
hogar ha sido víctima de robo o asalto en los últimos cuatro meses
en el 2008 era de 22%, en el 2010 23%, el 2012 y el 2013 es de 16%.
Más
allá de los números, en Nicaragua, que tiene sus propios problemas
de inseguridad, comparado al resto de Centroamérica parece un
páramo. El crimen organizado, el narcotráfico y la delincuencia
común más que en aumento están controlados. Es común ver, los
fines de semana largos a Salvadoreños, Guatemaltecos, Hondureños,
Costarricenses y Panameños viniendo a vacacionar al país, dando
como razón, además de las propias riquezas naturales y culturales
de Nicaragua, su bajo costo y sobre todo a que se sienten seguros.
Es
bueno decir que la
Policía Nacional de Nicaragua tiene 13,000 efectivos para
una población que bordea los 5,8 millones de habitantes; lo cual
representa 1 Policía por cada 446 habitantes. En el Perú existen
alrededor de 110,000 policías para los más de 28 millones de
habitantes; lo cual representa 1 Policía por 254 habitantes. En
Nicaragua un policía tiene más personas por cuidar, un 75% más de
lo que cuidan los policías peruanos.
Sin
embargo en Nicaragua, como lo señalan sus propios Jefes policiales,
“Actualmente,
alrededor de 111
mil voluntarios trabajan en todo el país con la Policía Nacional en
Promotoría Solidaria,
entre ellos, 25 mil miembros de los Comité de Prevención Social del
Delito, quienes informan a la policía sobre actividades sospechosas
en sus comunidades y también actúan como educadores sociales”.
“Además, 76 mil personas participan de los Gabinetes del Poder
Ciudadano, organizaciones ciudadanas que promueven la participación
de la sociedad en temas de desarrollo comunitario como, por ejemplo,
actividades deportivas y de entretenimiento para los jóvenes,
jornadas de limpieza y salud en sus comunidades”. Y “En
la zona rural, la institución policial cuenta con el apoyo de 1.300
integrantes de los Comités Comarcales,
con más de 14 mil policías voluntarios y cuatro mil promotoras
contra la violencia intrafamiliar”.
El
Sistema de Seguridad Ciudadana de Nicaragua se caracteriza por ser
preventivo, proactivo y comunitario y consideran que se basa en 3
subsistemas totalmente articulados: subsistema policial, subsistema
social y subsistema estatal. Parten de reconocer que la delincuencia
es multicausal y no sólo policial. Que requiere una intervención
articulada de todo el Estado, con la comunidad y la policía
Nacional. En rigor, la policía
articula una estrategia basada en la prevención social del delito
con enfoque comunitario.
En Nicaragua se resalta y con razón, que este modelo único, basa su
éxito en el origen de la Policía Nacional misma. Ella nació luego
del triunfo de la revolución sandinista y se conformó con
combatientes del FSLN. Que es una policía nacida del pueblo en
reemplazo de la Guardia Nacional de los Somoza. Que su trabajo se
realiza en, desde, con y para la comunidad.
En
seguridad ciudadana el Perú debe considerar diversas experiencias
internacionales. Una de ellas, es el reconocido modelo de seguridad
ciudadana en Nicaragua. Organismos multilaterales como el Banco
Mundial y el BID, así como diferentes Foros Internacionales lo
han reconocido como una de las mejores prácticas en el mundo. Es
conocido como el modelo de seguridad ciudadana comunitaria.
El
sistema existente en el Perú, efectivamente es distinto, pero cuando
veo cómo funciona el sistema en Nicaragua recuerdo que en nuestro
país tenemos a las rondas
campesinas creadas en Cajamarca hace
39 años, tenemos serenazgos
en
las municipalidades creados desde los 80, Comités
de Autodefensa en
la sierra sur y selva central del país creadas en los 80 y
extendidas en los 90, Comités
de Defensa y Vigilancia en urbanizaciones,
asentamientos humanos y barrios desde los 80, seguridad privada
empresarial y vigilantes de calles masificados desde los 90. Comités
de Seguridad de Licenciados y Reservistas en carreteras de la última
década. En realidad tenemos experiencia comunitaria diversa,
dispersa y abundante en el país. Lástima, no la hemos
institucionalizado.
El
Perú, puede construir su propio camino, debemos
fortalecer nuestra policía y fortalecer la participación de la
comunidad. Debemos
articular mejor las instituciones estatales con las organizaciones
sociales urbanas y rurales. Debemos institucionalizar la seguridad
ciudadana como una labor estatal y social. En fin podemos tener un
sistema de seguridad ciudadana que
no se rija por el principio del gran bonetón de lavarse las manos y
echar la culpa al otro. Necesitamos que el Gobierno Nacional y la
Policía Nacional asuman su liderazgo, por el bien de los peruanos,
por la salud del Perú.
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