LAS POLÍTICAS
ALIMENTARIAS EN EL PERÚ
Por: Elmer
Antonio Torrejón Pizarro.
En las
últimas décadas, el rostro de la pobreza en el Perú se ha
materializado en la pésima alimentación de las poblaciones rurales del Ande, la
Amazonía y los asentamientos humanos de la costa. Se hacen los esfuerzos desde
el Estado para superar la inseguridad alimentaria, pero todavía son esfuerzos
limitados, debido a que no entendemos la multidimensionalidad de las
pobrezas. En el Perú no existe solamente un tipo de pobreza, sino muchas
pobrezas que tienen que ser entendidas y analizadas.
Nuestro país
ha elaborado la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria (ENSA) con el fin
de reducir los niveles de inseguridad alimentaria. Se propuso como
metas reducir los porcentajes de niños y mujeres con prácticas inadecuadas de
alimentación y nutrición; reducir los hogares con déficit de acceso calórico de
36% a 25%; incrementar el superávit en la balanza comercial de alimentos y
aumentar la disponibilidad per cápita de calorías procedentes de alimentos de
origen nacional en 10%. Pero muchas de estas estrategias programáticas, no
conciben ciertos elementos básicos para tener éxito; y un punto clave, esentender
las diversas realidades sobre las cuales intervienen las políticas
alimentarias.
La nutrición
muchas veces ha sido concebida desde la perspectiva de un modelo
convencional, desde la cual los modelos de alimentación, partían desde un ente
centralizador, excluyente y discriminatorio; para nuestro caso, desde las
ciudades como entes de la racionalidad occidental. Este accionar, ha conllevado
a cometer muchos errores como por ejemplo, el desconocimiento del lugar donde
se realizará la educación nutricional, ignorando su cultura alimentaria o
considerándolo no adecuada para la buena nutrición. Es decir, políticas
programáticas alimentarias quedesconocen las costumbres, comportamientos y el
valor de los alimentos dentro de las relaciones sociales rurales.
Nuestras
políticas alimentarias han actuado bajo la ideapreconcebida de que la población
objetiva es “ignorante”, entendido esto como la causa principal de la
malnutrición; es decir, se cuenta con un insuficiente análisis de las
causas, lo que conlleva a unadeficiente formulación de los objetivos de
programas y políticas alimentarias. En el Perú y sus sectores encargados de la
alimentación, se debe concebir una política programática nutricional basada en
una Educación Nutricional Intercultural (ENI).
Este nuevo
espacio debe reconceptualizar y redefinir las propuestas
programáticas y de intervención. La interculturalidad asume en este espacio un rol
protagónico para entender la nutrición desde lo local. Debemos reconocer las
heterogeneidades existentes y ver en ellas un gran potencial para el
desarrollo humano y económico. La propuesta de la ENI debe priorizar las
necesidades de la población, para lograr cambios de conducta construidos
desde las costumbres y cultura de las comunidades, que trascienda la sola
adquisición de información, propia de los modelos educativos convencionales
sobre la alimentación. ¿Qué se tiene que hacer?
Se tiene que capacitar
y asistir técnicamente a grupos sociales vulnerables mediante un esfuerzo
colectivo educador, para observar en las realidades diferentes, los problemas y
sus causas en torno a la mala alimentación. Hay que elaborar proyectos y programas
nutricionales que se basen en una realidad social y étnica determinada, respetando
la identidad y la cultura alimentaria, fortaleciendo las identidades y dando valor
agregado a las buenas prácticas alimentarias. Existen productos autóctonos
como la papa, la yuca, el maíz, la quinua, la quiwicha; diferentes tipos de
frutas en la Amazonía, costa y ande que podríamos incorporarlos a las políticas
alimentarias. Muchos de nuestros alimentos, poseen una dinámica
cultural que es difícil entender desde la óptica urbana y occidental. En
la zona andina y amazónica por ejemplo, los alimentos se relacionan con
las cosmovisiones de los hombres en relación con su ecología y el mundo
social que los rodea. Los productos alimentarios, se “fundan” a partir de
orígenes míticos; por ende, estos productos son aceptados y utilizados
socialmente, e incluso ritualizados por el constructo social colectivo.
Se debe
aplicar en nuestras realidades una metodología participativa, creando espacios
de interaprendizajes, a través de los cuales se recuperan, socializan
y fortalecen los saberes y conocimientos ancestrales en torno a la
alimentación y nutrición, para así poder superar la desnutrición y la pobreza
extrema. Las líneas de acción a nivel productivo deben estar orientados aimpulsar el incremento
de la producción agropecuaria, la mejora de la productividad, la
diversificación de los cultivos y la recuperación de la biodiversidad
propia de nuestras realidades, bajo un enfoque agroecológico orientado
al uso de conocimientos y prácticas ancestrales.
No podemos hablar
de desarrollo nutricional en el país cuandoobviamos y excluimos constantemente
ciertas prácticas autóctonas, que han formado parte incluyente del desarrollo
de nuestras sociedades andinas y amazónicas. Si queremos construir ese
desarrollo, primero debemos empezar respetando y poniendo en valor nuestras
prácticas tradicionales. No podemos estar constantemente importando y
tratando de adaptar por la fuerza, prácticas alimentarias foráneas,
disímiles a una determinada realidad geográfica o cultural.
Esperemos que
en los próximos 10 años la nutrición en el Perú sea abordada desde
el Estado con mayor responsabilidad, sobre todo con las implicancias
y problemas medioambientales que irán aquejando la producción óptima de
los alimentos. Es necesario construir e implementar políticas alimentarias que
vayan más alláde un asistencialismo, políticas alimentarias que
reconozcan en la diversidad alimentaria de nuestras culturas. Ante elboom
de la gastronomía peruana a nivel mundial, debido a la diversidad en
productos alimenticios y platos típicos de nuestro país, es necesario
“concentrarnos” en hacer políticas de Seguridad Alimentaria incluyentes y
diversificadas, de acuerdo a nuestra realidad multicultural y biodiversa. Una sonrisa
de un/una niñ@ bien alimentado debería ser el nuevo rostro en el Perú.
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