miércoles, 17 de julio de 2013

CUANDO EL CAFÉ SE PONE TRISTE
Prof. Manuel Yoplac Acosta

En una carta anterior relacionada con la problemática del café, concluimos que la baja de precio de más de la mitad respecto a los últimos años, así como los efectos de la plaga de la roya; ha hecho que la situación del pequeño campesino sea crítica y compleja. http://www.reinadelaselva.com.pe/?p=9225
En esta carta quiero hacer algunas precisiones en torno a la crisis del café y el futuro del mismo.
Primero. El sistema vigente a través en su política económica global, impone que los países pobres produzcan “productos orgánicos” a fin de que los países ricos compren dichos productos, que a demás por lo general pasan muchos controles de calidad.
Segundo. El Estado peruano en los últimos años, ha impulsado el cultivo de muchos “productos de agro exportación”, siendo el café la abanderada, tanto así que el gobierno en el año pasado señaló que el café representó el 25% de la agro exportación y jamás advirtió de la crisis venidera.
Tercero. En este contexto es que muchos campesinos incrementaron y modernizaron su producción, surgiendo grandes, medianos y pequeños productores del grano rojo a lo largo de nueve regiones del Perú en la cual también se incluye a Amazonas.
Cuarto. En la región Amazonas casi la totalidad de los productores son pequeños, pues no pasan de 2 ó 3 hectáreas y tampoco no se ha introducido la tecnología, tanto en el proceso del cultivo, despulpado y secado; sin embargo la mayoría  de estos pequeños productores dependen económicamente del café.
Quinto. La gran mayoría del campesinado de los temples y valles de Amazonas, prácticamente se han dedicado en los últimos años solo al cultivo del café, este monocultivo ha hecho mucho daño a la tierra y a los ingresos de la familia, pues con el dinero que generaba la venta del grano rojo, la familia compraba casi todo para su alimentación y satisfacción de otras necesidades.
Sexto. Hubo un tiempo en los valles y temples que el café ya no era rojo, sino era verde; es decir al campesino ya no le importaba el café en sí, sino en el dinero que provenía del café, situación que ha generado una ruptura espiritual del campesino con la tierra.
Séptimo. Esta dependencia del campesino del grano rojo, hoy ha generado una gran contradicción, pues no se resiste a renunciar si quiera en parte al cultivo, y como el gobierno viene al menos evaluando técnicamente la roya y seguramente ofreciendo apoyo económico a través de préstamos, el campesinado en general sigue esperanzado en que la situación del café mejorará.
Octavo. Es importante señalar también, que el Estado y el sistema impulsan el cultivo del café, en marco de la “lucha contra el cultivo de la coca”, de ahí su interés del gobierno en “apoyar al campesinado”, sin embargo, este apoyo es considerado como mínimo por los mismos agricultores.
Noveno. Existe la necesidad de trazar rutas de solución al problema, no solo obedeciendo las rutas trazadas por el Estado y el gobierno; sino rutas y caminos a trazar por los mismos campesinos organizados. En la siguiente carta trataremos y analizaremos estas rutas posibles en torno a la crisis del café, especialmente del pequeño campesino amazonense.

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